Cada invierno, miles de habitantes de Barcelona mantienen sus hogares calientes utilizando calor de madera renovable, asequible y producido localmente. Sin embargo, muy pocos de nosotros pensamos mucho en si lo estamos utilizando correctamente. La mayoría de los combustibles fósiles no requieren ningún esfuerzo más allá de ajustar el termostato, pero éste no es el caso de la madera. La forma en que se utiliza la estufa de leña, la caldera o el inserto de la chimenea puede afectar drásticamente a su rendimiento.
El principio clave
El funcionamiento eficaz de su estufa no sólo aumentará la cantidad de calor útil que obtiene, sino que también ayudará a que el aire sea más limpio. ¿Por qué? Se reduce a un simple principio: el calor eficiente es un calor limpio.
La combustión completa y 100% eficiente de la madera significa que todo el material combustible de la madera se convierte en calor, CO2 (dióxido de carbono) y vapor de agua. Lo único que queda es la ceniza, el contenido mineral de la madera. La combustión incompleta, por el contrario, significa que parte del carbono y del hidrógeno quedan sin quemar; normalmente, esto corresponde a emisiones de cosas como partículas de carbono, monóxido de carbono e hidrocarburos aromáticos policíclicos. Por lo general, no es algo que queramos respirar, ni tampoco queremos soplarlas a nuestros vecinos a favor del viento.
Por lo tanto, puede ahorrar combustible y al mismo tiempo ayudar a mantener el aire limpio asegurándose de que utiliza su estufa de leña, inserción o caldera con la máxima eficiencia. ¿Cómo? He aquí unos sencillos consejos.
Utilice una estufa de alta eficiencia
La Agencia de Protección Ambiental (EPA) exige que las estufas e insertos de leña para interiores que se venden en Estados Unidos desde 1988 utilicen diseños de alta eficiencia que ayuden a garantizar una combustión más completa de la leña. Las calderas de leña para exteriores no están cubiertas por esta normativa, pero existen programas voluntarios de certificación. Las estufas y calderas que se construyeron antes de 1988 o las calderas que no tienen una certificación de la EPA no suelen ser tan eficientes.
El método más utilizado para las estufas de alta eficiencia es añadir aire de combustión precalentado por encima del fuego. Mucha gente no se da cuenta de que aproximadamente la mitad de la energía del combustible de madera procede de los “volátiles”, gases que se escapan de la madera y arden en la mezcla de gases y aire que la rodea. Si esos gases no tienen oxígeno disponible o no se mantienen lo suficientemente calientes, no arden.
Las calderas de leña de alto rendimiento también utilizan “repisas” u otros deflectores para obligar a los gases calientes a seguir un camino más largo antes de salir de la estufa caliente, dándoles así más tiempo de permanencia para combustionar completamente. A veces también se utilizan dispositivos catalíticos, que emplean materiales químicos especiales para descomponer más hidrocarburos no quemados, mejorando aún más la producción de calor y reduciendo las emisiones.
Si tiene una estufa antigua o una que no está certificada por la EPA, considere la posibilidad de sustituirla. Puede parecer una locura deshacerse de una vieja estufa que todavía funciona “perfectamente bien”, pero si lo hace, la mejora en la eficiencia y la reducción de las emisiones serán significativas. Además, acabará utilizando menos leña: un ahorro del 30% no es inusual.