Desde hace un tiempo a esta parte hemos podido ver en diferentes redes de anuncios algunas empresas que proponen una nueva forma alternativa de inversión: La madera. Aunque a primera vista pueda parecer una locura, vamos a analizar que ofrecen este tipo de empresas al proponer la compra de árboles.
- El inversor compra árboles de rápido crecimiento de maderas nobles. (Nogal, Teca, roble,…).
- El rápido crecimiento de estos árboles provoca que la inversión se aprecie al aumentar la cantidad de madera en poco tiempo
- La inversión es a largo plazo. En unos 15 años, el árbol estará listo para ser vendido a la industria maderera.
- Es una buena contribución al mantenimiento del medio ambiente, preservando ecosistemas y una industria maderera sostenible.
Ingresos
El aumento de la demanda mundial de madera se traducirá en un nuevo aumento de los precios. Debido a los largos ciclos de crecimiento, el suministro de madera tropical de frondosas no puede expandirse rápidamente.
Durante los años anteriores, el precio de la madera tropical de frondosas ha aumentado en más de un 50% y se esperan futuros aumentos.
Distribución del riesgo
Históricamente, los precios de la madera no siguen la evolución general de los mercados de valores. Por lo tanto, invertir en madera es una base sólida para un portafolio diverso.
Resistente a la inflación
Una inversión en el sector forestal es inmune a la inflación porque los períodos de inflación suelen ir acompañados de un fuerte aumento del precio de la madera.
El mecanismo es fácil: el inversor compra árboles y la empresa se compromete a proporcionarles los cuidados necesarios durante el periodo de crecimiento. Un seguro frente a posibles riesgos (incendios, plagas, etc.) hace la inversión más segura.
Llegado el momento de la tala, la empresa se encarga de ello y de vender el producto resultante en nombre y por cuenta del propietario, reteniendo un porcentaje entorno al 10% en compensación.
Un punto a tener en cuenta es la dificultad de liquidar la inversión antes de tiempo. Pese a que las empresas que comercializan estos productos se esfuerzan en crear un mercado secundario para dar salida a quienes quieren abandonar la inversión antes de llegar al momento de la venta de la madera, no cabe duda de que se tratará, en el mejor de los casos, de un mercado con mucha menor liquidez que los mercados financieros.